viernes, 2 de marzo de 2012

Así lo quiso el destino...

La nuestra es una historia que me gusta. No es una historia común. No nos presentó nadie, no nos conocimos en un bar, ni a través de un amigo de un amigo. Una amiga mía una vez la definió como un cuento de hadas de la modernidad. 
Yo trabajaba en una fundación en Buenos Aires, en el área de cooperación internacional. Muchos socios en nuestros proyectos, eran italianos; así que mi jefe me sugirió estudiar italiano. Para empezar a practicar el idioma, decidí buscar a alguien con quién hablar de Italia. Armé un usuario de Skype y en el motor de búsqueda marqué las siguientes opciones...
*hombre
* entre 25 y 28
*italiano..
de todos los resultados, yo elegí uno...lo agregué. Me habló y nos caímos bien pero hablábamos solo de cosas banales, que hacíamos, si teníamos pareja, donde vivíamos, etc. Nada profundo. Yo practicaba italiano. Él no sé que hacía. Pero hablábamos. Pasó el tiempo y cada vez hablábamos mas. Todos los días, muchas horas por día. Siempre chat. Nunca teléfono. Una noche, reunida con mis amigas; les conté que yo sentía que extrañaba a una persona que no conocía físicamente. De verdad lo extrañaba. Mis amigas me dijeron, obviamente, que estaba loca, que no tenía sentido lo que estaba diciendo. Pasaron los meses. Nuestras charlas eran lo mejor de mi día. Nos divertíamos, yo sentía que lo conocía y que él me conocía.
Armé un viaje con una amiga a Europa. Le dije a él que iba a pasar por Italia. Que hacía Roma, Florencia y Venecia, la típica. Podría haber venido a Parma, si el me lo pedía; pero me dijo: yo no conozco Roma, si querés la recorremos juntos. Yo no lo conocía pero lo conocía. Le dije que sí.
Un 24 de julio me vine a Europa con mi amiga. Empezamos por Barcelona, después nos fuimos a Atenas, Santorini. De Grecia nos tomamos un barco a Italia. El 3/8 llegaba a Roma. Tenía miedo que él se arrepintiese. Yo estaba muy segura y mi amiga me decía que era una loca. 

Santorini.


Llegamos a Roma. ¡Yo no puedo describir mis nervios! Podía ser un fiasco o podía ser increíble. Fue increíble. Apenas lo ví, entendí que lo quería; sin conocerlo, pero conociéndolo. Pasamos 5 días divinos. En Roma. Comiendo bien, paseando. Pero; llegó el momento de ir a Florencia. Me acompaño a la estación de tren. Nos despedimos. Yo lloraba. Así empezó todo. Despedidas.






1 comentario:

  1. Me encanta esto!!! Seguí que ya se convirtió en una adicción para mi...jaja
    Es loco que sabiendo cada detalle de esta historia, lo leo y me atrapa como si no la conociera...
    Es realmente "un cuento de hadas de la modernidad", mas ahora plasmado en estas líneas...
    Espero el tercer post!!!

    ResponderEliminar